¿Por qué no hemos vuelto a la Luna?
El 16 de julio de 1969, el cohete Saturno V de la NASA despegaba con la misión Apolo XI en dirección a la Luna. El 14 de diciembre de 1972, la misión Apolo XVII despegó desde la superficie lunar y nunca más volvimos a caminar sobre ella.
Fueron varios los motivos por los que nunca más regresamos a la Luna, y sobre ellos vamos a hablar hoy.
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La Luna no era rentable
El dinero fue el principal motivo por el que la NASA no pudo mandar a más astronautas a la Luna.
En un principio, la NASA planteó un total de 20 misiones dentro del programa Apolo, pero el Congreso de los Estados Unidos decidió cerrar el grifo después de que Armstrong pusiera el pie por primera vez en la Luna.

Por este motivo, la NASA tuvo que cerrar la línea de montaje del Saturno V. Se habían construído un total de 15 y ya se habían lanzado 7, por lo que solo quedaban 8.
Mientras el Apolo 11 volaba hacia la Luna, Thomas Paine, el administrador de la NASA de aquel entonces, canceló la mision Apolo 20 aunque esta decisión no fue pública hasta enero de 1970.
Tras el fracaso triunfal del 13, la NASA canceló las misiones Apolo 18 y Apolo 19.
Además, el programa Apolo le costó al Gobierno más de 105.700 millones de euros actuales e ir a la Luna ya se consideraba algo tan normal como pasar un fin de semana en la playa, así que seguir gastando millones a mansalva dejaba de ser una política inteligente de cara a las elecciones.
La Luna dejó de ser interesante
Los motivos estaban bastante justificados, Estados Unidos le había ganado la carrera espacial a la Unión Soviética con años de ventaja; se habían traído muestras lunares para años de investigación y se habían instalado instrumentos en la superficie de la Luna que nos enviarían datos durante décadas (algunos siguen funcionando en la actualidad).
Con la tecnología de la época poco más podíamos aprender sobre nuestro satélite. Científicamente hablando ya no había motivos de peso para seguir enviando personas a ella, sobre todo con destinos a la vista como Marte, mucho más exóticos y con la incógnita de la vida.
Nacieron otros proyectos
La NASA utilizó los recursos que le quedaban del programa Apolo para construir y poner en órbita la estación espacial Skylab y ejecutar la misión Apolo-Soyuz.
Al mismo tiempo, otros proyectos como el Telescopio Espacial Hubble y sondas espaciales para explorar otros planetas fueron requiriendo un presupuesto que cada año se recortaba más.
Con el tiempo, la NASA se abrió a la colaboración con otras agencias espaciales, incluída la rusa, para llevar a cabo el proyecto de investigación internacional más ambicioso de la historia: la Estación Espacial Internacional (ISS).
Nunca olvidamos la Luna
A pesar de todo esto, nunca olvidamos la Luna. Otras agencias espaciales han visitado y siguen visitando la superficie de nuestro satélite con nuevas sondas y vehículos de exploración.
Y esto tiene mucho más sentido. ¿Para qué enviar humanos con el coste económico y el riesgo que eso conlleva, pudiendo llevar simplemente robots y sondas?
Con las nuevas tecnologías hemos aprendido más de ella y parece que pronto volveremos a pisarla.
La NASA ya tiene en marcha su misión Artemisa, una misión tripulada al polo sur de la Luna para el año 2024. Este proyecto contará con el apoyo de empresas privadas como Boeing y SpaceX, que harán que el titánico esfuerzo de regresar a la Luna sea un proyecto más barato y fácil.
A fin de cuentas, ¿qué tiene de aburrido viajar a la Luna?
Fuentes: elpais.com / danielmarin.naukas.com / nasa.gov / wikipedia.org