El choque entre Andrómeda y la Vía Láctea podría haber comenzado
Nuevas observaciones muestran que el halo de Andrómeda es mucho más grande de lo que originalmente se creía, lo que lleva a pensar que la galaxia ya podría estar colisionando con la Vía Láctea.
Cada día que pasa estamos un poco más cerca de nuestra galaxia vecina. Andrómeda y la Vía Láctea se atraen la una a la otra con su gravedad como si de dos imánes se tratasen, por lo que la colisión y fusión de ambas galaxias es solo una cuestión de tiempo. Ahora, un equipo de científicos ha utilizado las observaciones de Andrómeda realizadas por el Telescopio Espacial Hubble y han descubierto que el halo de gas que envuelve a la galaxia es mucho más grande de lo que se pensaba originalmente.
Según el estudio publicado el pasado 27 de agosto en The Astrophysical Journal, la estructura de plasma difuso se extiende hasta una distancia promedio de 1,3 millones de años luz, llegando a alcanzar los 2 millones de años luz en algunos puntos.
Sabiendo que Andrómeda y la Vía Láctea son galaxias muy similares, los astrónomos creen que el halo de nuestra galaxia debe ser similar, extendiéndose más o menos hasta la misma distancia. Esto significa que los halos de plasma de ambas galaxias podrían estar ya colisionando, dando el primer paso para un lento proceso de fusión estelar que durará miles de millones de años.
El Halo de Andrómeda
Este descubrimiento ha sido posible gracias al proyecto AMIGA (Mapa de Absorción de Gas Ionizado en Andrómeda por sus siglas en inglés), con el que los científicos han estudiado la cantidad de luz proveniente de 43 cuásares lejanos que es absorbida por el halo de Andrómeda.

Con este estudio, además de su inesperado tamaño, los investigadores descubrieron que el halo de nuestra galaxia vecina se divide en dos capas de gas principales.
«Encontramos que la capa interna que se extiende hasta alrededor de medio millón de años luz es mucho más compleja y dinámica», explicó el líder del estudio, Nicolas Lehner, de la Universidad de Notre Dame (Indiana). «La capa exterior es más suave y más caliente. Esta diferencia es probablemente el resultado del impacto de la actividad de supernovas en el disco de la galaxia que afecta más directamente al halo interior».
La colisión entre Andrómeda y la Vía Láctea
Nuestro barrio galáctico, llamado grupo local, está formado por la Vía Láctea, Andrómeda (M31) y la Galaxia del Triángulo (M33), además de unas 40 pequeñas galaxias, muchas de ellas satélites de las tres galaxias principales.
Todas las galaxias del grupo local están interactuando gravitacionalmente entre ellas, acercándose las unas a las otras para acabar fusionándose finalmente en una única megagalaxia dentro de miles de millones de años.
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La primera de estas grandes fusiones ocurrirá entre Andrómeda y la Vía Láctea, una fusión que se espera que se complete dentro de aproximadamente 4.500 millones de años.
Hoy en día es muy fácil ver a Andrómeda en nuestro cielo nocturno. Su enorme brillo le permite ser visible a simple vista en un cielo oscuro como una especie de tenue nubosidad luminiscente en la constelación de Andrómeda. Lo verdaderamente sobrecogedor de esta visión es que, ya sea a simple vista, con prismáticos o telescopio, solo podemos observar el núcleo de Andrómeda, su zona más brillante.
Si pudiésemos observar la galaxia al completo, incluído su halo, veríamos que ocupa en el cielo un espacio similar al que ocuparían 5 Lunas llenas, un verdadero espectáculo celeste.
Fuentes: NASA / The Astrophysical Journal / larepublica.pe