La verdadera Estrella de Belén: ¿qué pudo ser según la ciencia?
Llegan las fiestas navideñas y árboles y Belenes se decoran en millones de hogares de todo el mundo. Siguiendo la tradición, tanto el árbol como el Belén se suele adornar colocando la icónica “Estrella de Belén” pero, ¿qué evento astronómico real pudo insipirar estas lineas del evangelio de Mateo y dar vida a la Estrella de Belén?
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Mateo; Capítulo 2, versículo 9
Y es que estas líneas del Evangelio de Mateo son la única referencia escrita sobre tal evento. No existe ningún otro documento ni fragmento de texto, dentro o fuera de la Biblia que hable de la Estrella de Belén.
Toca sacar la gabardina y la lupa y convertirnos en investigadores del tiempo y el cielo para averiguar qué nos dice la ciencia sobre la Estrella de Belén.
En este artículo encontrarás:
Posíbles orígenes de la Estrella de Belén
Afortunadamente para nosotros, el movimiento de los astros sigue las Leyes de Newton y las Leyes de Kepler, por lo que con un software podemos dar marcha atrás en el tiempo tanto como queramos y reconstruir el cielo de aquella época.
Pero aquí viene nuestro primer problema: ¿Cuándo nació Cristo?
Nuestro calendario ha sufrido grandes modificaciones a lo largo de la historia y pese a que nos encontremos en el 2022 d.C., Cristo no nació hace 2022 años. Y no, tampoco nació en invierno.
En la propia Biblia se dice que “en esa época los pastores dormían al raso”, así que si nuestros queridos pastorcillos no morían de hipotermia velando en la puerta significa mucho frío no debía de hacer.
Según los estudios históricos más actuales Cristo debió nacer entre los años 8 a.C. y 1 a.C y en un mes caluroso.
Con estos datos, necesitamos encontrar un suceso astronómico ocurrido entre los años 8 a.C. y 1 a.C., preferiblemente en meses de verano y visible desde Mesopotamia y Cisjordania.
Te presento a nuestros sospechosos:
¿Pudo un cometa ser la verdadera Estrella de Belén?
El primer candidato es el más obvio y a la vez el más improbable: un cometa.
Los cometas son rocas de hielo que al ser calentados por el Sol, comienzan a fracturarse y soltar vapor y polvo, formando lo que se conoce como cola.

La pasada de un gran cometa es un evento verdaderamente asombroso y más en una época donde la contaminación lumínica no existía. Esto haría que un objeto como este fuese un claro sospechoso para explicar el origen de la Estrella de Belén, si no fuese por un par de detalles.
Primeramente, un cometa no tiene la apariencia de una estrella en el cielo, por lo que esto ya debería ser suficiente para descartarlo. Pero además es que en esa época, los cometas eran vistos como una señal de mal presagio, así que no parece la mejor señal para que los Reyes Magos la utilizaran como GPS divino y encontrar al Mesías.
Y por si fuese poco, no pasó ningún cometa en la época del nacimiento de Cristo. El más cercano en fecha fue el Halley, el cual pasó en el año 12 a.C.
Debemos seguir investigando e interrogar al siguiente sospechoso.
Una supernova
Cuando una gran estrella muere, explota violentamente en un proceso llamado supernova. El brillo de una supernova puede ser mayor al de toda su galaxia en conjunto y de ocurrir una en nuestra propia galaxia, literalmente dibujaría una nueva estrella en el cielo.
Esta estrella brillaría durante algunos días o semanas incluso a plena luz del día. Con el tiempo el brillo desaparecería y hoy sería imposible de ver. ¿Pudo ser la Estrella de Belén una supernova?
Desde luego es un gran candidato, pero nuevamente siguiendo los registros nos encontramos con que no hay ninguna supernova cercana al nacimiento de Jesús. La supernova más antigua de la que tenemos constancia fue reportada por astrónomos chinos en el año 185 d.C.
Seguimos sin encontrar nuestra Estrella de Belén y se nos acaban las opciones. Afortunadamente un famoso astrónomo de convicciones religiosas se hizo la misma pregunta que nosotros sobre la Estrella de Belen y comenzó a investigar.
Una conjunción planetaria: la verdadera Estrella de Belén
Johannes Kepler, astrónomo, matemático y con firmes creencias religiosas fue uno de tantos científicos que quiso hayar el origen científico de la Estrella de Belén que nos plasma Mateo en su Evangelio.
Kepler descartó los cometas y las supernovas igual que hemos hecho nosotros pero localizó a un tercer sospechoso: una conjunción planetaria.
Una conjunción planetaria ocurre cuando dos o más planetas se encuentran muy cerca el uno del otro en el cielo, algunas veces incluso solapando su brillo y creando la ilusión de que se trata de un único objeto extremadamente brillante.

Agárrate porque esto se pone interesante. El mismo Kepler, demostró que una conjunción planetaria muy particular habia ocurrido en una época muy cercana al nacimiento de Jesucristo.
En el año 6 a.C. ocurrió una conjunción planetaria entre Júpiter, Saturno y la Luna. Además, este evento ocurrió en el punto de máxima oposición al Sol, por lo que la conjunción debió ser aún más brillante.
Por si fuese poco, esta efeméride ocurrió entre Aries y Piscis y en astrología esto es algo importante para dar una explicación al origen de la Estrella de Belén. Algunas predicciones astrológicas que el mismo Kepler ya conocía anunciaban que el Mesías nacería durante una conjunción planetaria en la constelación de Piscis.
Además, este evento sería visible justo en la dirección de la ruta que seguirían los Reyes Magos hasta Belén.
Esto comienza a cobrar sentido, pues históricamente se piensa que los Reyes Magos eran sacerdotes procedentes de Mesopotamia con un alto conocimiento en astrología y astronomía (recordemos que antaño astronomía y astrología iban de la mano).
Sin duda este es un evento increíble al que perfectamente le podríamos otorgar el origen de la Estrella de Belén.
Un evento único en el tiempo
Grant Mathews, profesor de Astrofísica Teórica y Cosmología en la Universidad de Notre Dame (EE. UU.) es un gran estudioso de este tema y asegura que tal conjunción no se repetirá hasta dentro de 16.000 años.
Pero Mathews va más allá. Según sus estudios, el evento que pudo dar origen a la leyenda de la Estrella de Belén ocurrió en pleno Equinoccio de Primavera, justo cuando el Sol se encontraba en el Punto de Aries.
Y esto hace este evento aún más singular, pues una conjunción entre la Luna, Júpiter y Saturno con el Sol en el Punto de Aries no volverá a repetirse hasta dentro de medio millón de años.
No existen garantías para la Estrella de Belén
Sin duda hemos hecho un largo viaje interrogando sospechosos de ser la Estrella de Belén y aunque hemos encontrado uno que encaja perfectamente en el perfil, las pruebas son circunstanciales y no podemos llevarlo a juicio.
Una triple conjunción es la mejor opción que tenemos para dar una explicación científica a la Estrella de Belén, pero perfectamente podría no serlo. A fin de cuentas nos faltan pruebas muy importantes, entre ellas la fecha exacta del nacimiento de Cristo.
Lo que sí que tenemos claro es que ni fue un cometa, ni una estrella random, así que por una Navidad científicamente más correcta cambiemos la actual representación de la Estrella de Belén de nuestros árboles y Belenes por la imagen de una conjunción entre Júpiter y Saturno.
Che, que interesante investigación, a seguir por este camino. Abrazos desde el otro lado del charco.
Hola, espero que estes bien.
Me encanto el artículo