Mi noche de Perseidas
Diario de observación de la madrugada del 12 al 13 de agosto de 2024 coincidiendo con el máximo de las Perseidas
DIARIO DE OBSERVACIÓN
La noche apunta a ser una noche increíble para la observación astronómica. Hay Luna en cuarto creciente hasta aproximadamente las 01:15 horas, por lo que podremos comenzar la sesión con una buena observación lunar y, tras la puesta de la Luna, continuar la madrugada con observación de cielo profundo. Además, esta noche es el máximo de actividad de la lluvia de estrellas de las Perseidas, así que seguro que tenemos una noche inolvidable.
Como extra, hay una alta actividad de auroras boreales y aunque en mi latitud no es habitual poder observarlas, a noche se pudieron observar desde Galicia y Cantabria, así que hay una ligera probabilidad de que la noche cierre con las luces del norte.
Primera mitad de la noche
Esta noche me acompaña mi gran amiga Tatiana, mi compañera en el podcast El Orbitador; un viejo amigo de la universidad al que hace al menos 6 años que no veo, su familia y algunos conocidos más.
Nos hemos adentrado en el Parque Natural de los Alcornocales (Cádiz) en busca de uno de los mejores cielos de la provincia y ha sido todo un éxito. Tal y como indicaba la previsión, tras la puesta de Sol han entrado algunas nubes altas y finas que no me preocupan, sé que se disiparán sobre la media noche y tendremos cielos despejados hasta las 05:30.
Hoy he traido el dobson Explore Scientific de 305mm y mi cámara planetaria ZWO asi 120 monocroma con la lente ojo de pez para tratar de capturar alguna de las Perseidas que hemos venido a ver. Tras terminar de montar todo, me he dado mi clásico paseo para terminar de conectar el modo naturaleza de mi cerebro y he tomado esta preciosa fotografía de la puesta de Sol.
La observación lunar está siendo todo un éxito. Hay un cielo increíble esta noche y se puede apreciar perfectamente cada detalle de cada cráter de la superficie lunar. Ya hemos visto alguna que otra Perseida, decenas de satélites y aviones, pero los objetos de cielo profundo están dejando mucho que desear por la luz de la Luna. Cuando se ponga la Luna y las nubes se disipen, todo mejorará.
Segunda mitad de la noche
Como dirían las típicas y gaditanas señoras mayores a las siete y media de la tarde un de un veraniego día en la playa de La Caleta: «ahora es cuando se está bien aquí.»
La previsión se ha cumplido a la perfección. Las nubes se han ido y sin la presencia de la Luna la Vía Láctea brilla con fuerza en el zenit. Constelaciones como Cassiopeia, Sagitario, Hércules, Escorpio, el Cisne y demás se aprecian claramente en el cielo. Con el telescopio apuntamos a la nebulosa de la Lyra, la galaxia de Andrómeda, el cúmulo de E.T., la nebulosa Dumbbell, la nebulosa del Pato, la nebulosa Saturn, el cúmulo de Hércules, el doble cúmulo de Perseo, Albireo, Saturno y otros...
La Saturn es impresionante, aunque es pequeñita brilla intensamente en un color turquesa que llama la atención de todos los presentes. Mientras tanto, las Perseidas cruzan la bóveda haciendo que cada pocos minutos alguien de un pequeño grito que alerta al resto del grupo.
La noche avanza y poco a poco, uno a uno, todos se van marchando. Al final solo quedamos unos chicos que conocí el viernes y yo. Son algo más de las 3:00 y empieza a hacer frío. La cama me llama, así que es hora de recoger y regresar a casa con la sensación de haber pasado una de las mejores noches de Perseidas de toda mi vida.
El cielo ha estado increíble, las Perseidas super activas y la compañía inmejorable. No me cansaré de recomendar a la gente planes como este.
Bajando con el coche de la montaña, la naturaleza aún tiene algunas sorpresas para mí.
Al poco de comenzar el descenso, un pequeño corzo sale de entre la maleza y se pone a correr delante del coche durante algunos metros antes de volver a adentrarse en el bosque. Creo que la Dashcam que llevo en el coche grabando el parabrisas lo ha grabado, tengo que revisar las imágenes.
A mitad de descenso atravieso una termoclima que me empaña completamente los cristales del coche y da paso a un camino con un cierto grado de niebla bastante tétrico. Sin duda ha sido un acierto haber subido tan alto, ya que aquí está cayendo una humedad importante que habría empañado el telescopio y estropeado enormemente las condiciones de observación de meteoros.
Antes de terminar de salir de la carretera de montaña un pequeño zorro cruza la carretera como para que me despida de este entorno natural, sin cobertura ni contaminación lumínica en el que me siento como en casa con mi telescopio y las estrellas.
Finalmente no se vieron auroras, pero no pasa nada. En febrero iré a Laponia a verlas, un viaje al que por supuesto tú, querido lector, puedes venirte conmigo. Te dejo toda la información de mis viajes aquí.